El Papa Leon XIV : Una nueva esperanza

Por: Ezequiel Toti

Como una recompensa luego de una prueba, el Cardenal Prevost salio al balcon en el Vaticano con reconfortantes palabras y habiendo asumido el significativo nombre de Leon XIV, definiéndose sucesor de Pedro y no Obispo de Roma, con un tono de gran comprensión por lo sagrado y a su vez de empatia, nos hizo rezar con el Ave Maria y su rostro visiblemente mostro la alegría de una Iglesia que tiene promesa de eternidad pero a su vez la presión de la cruz que comienza a llevar desde el instante en que se asume el Papado.

El nombre elegido, como el mismo ha dicho no es casual, nos recuerda a Leon XIII autor de la encíclica ”Rerum novarum” orientada a sopesar los excesos de la revolución industrial, hoy mas necesaria que nunca ante los veloces avances de la inteligencia artificial y la necesidad de una regulación ética al respecto, asimismo nos recuerda a ese mismo Papa autor del exorcismo menor y oración a San Miguel Arcangel compuesta tras una vision de la liberación de satanás del averno por cien años.

Robert Francis Prevost nació en Chicago, Illinois, el 14 de septiembre de 1955, día de la exaltación de la Cruz, hijo Louis Marius Prevost, de ascendencia franco-italiana, y Mildred Martínez, de origen criollo-español, siendo el uno de los tres hermanos de la pareja junto Louis Martín y John Joseph.

Su extenso curriculum comprende entre otras cosas la pertenencia al Dicasterio para las Iglesias Orientales (Católicas Ortodoxas) y el ser Balí de la Orden de Caballería de Malta, al mismo tiempo que misionero en Hispanoamerica, puntualmente en su amada Chiclayo en el Peru, lo que podríamos definir una verdadera omnicomprension de distintas corrientes de la Fe Católica, bajo lo que esperamos, será la unidad doctrinal en la Fe y sin ambigüedades, puesto que la principal y en esencia la única mision del Papa es la de ser custodio de la Fe como lo fue Pedro.

En palabras del Papa Benedicto (algun dia valorado por su enorme labor silenciosa) el 7 de mayo de 2005: «El poder de enseñar causa inquietud en muchas personas, tanto dentro como fuera de la Iglesia. Algunos se preguntan si eso pone en peligro la libertad de conciencia o si se trata de una autoridad que limita la libertad de pensamiento. Pero no es así. El poder que Cristo confió a Pedro y a sus Sucesores es, en su esencia más profunda, un mandato de servicio. La autoridad para enseñar en la Iglesia es un compromiso con el servicio humilde de la obediencia a la fe.

El Papa no es un monarca absoluto cuyas ideas y deseos se convierten en ley. Muy por el contrario: el ministerio del Papa existe precisamente para garantizar la fidelidad a Cristo y a su Palabra. No está llamado a proclamar sus propias opiniones, sino a mantenerse siempre unido —junto con toda la Iglesia— a la obediencia fiel a la Palabra de Dios. Y esto, incluso frente a cualquier intento de modificarla, suavizarla o acomodarla por conveniencia»

Gobernar el Estado Vaticano, mediar por la paz, y otras cuestiones para nada menores (y menos aun en épocas de guerra molecular disipada, de quinta generación y de caos) son sin embargo también parte del mandato evangélico para todo aquel con poder, en este sentido podemos afirmar que al igual que San Juan Pablo II, de feliz memoria, podrá ser un gran analista y actor geopolítico, siempre comprendiendo que el realismo no es enemigo del ideal evangélico.

Los gestos esperanzadores están allí: ha rezado de rodillas ante el Pan Vivo de Cristo en la Hostia con humildad, se ha definido defensor de toda vida humana y con historial en la causa pro-vida, ha dado la bendición como Cristo y la mayoría de los Papas ”En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” y no de manera genérica con la formula ”Dios los bendiga”, no puede acusarse a su persona temor en predicar a Cristo para agradar al mundo, mas aun, ha hecho alusión clara a Maria Santisima, Madre de Nuestro Señor, mediadora y vasija nueva para el vino nuevo que es Cristo.

Como era de esperar no han faltado los clásicos rumores imprudentes, los lobbies de la prensa queriendo marcar una forzada y excesiva continuidad con el predecesor obispo de Roma, pero ¿acaso no lo hicieron todos los Papas que hemos visto el mencionar a un predecesor con respeto? ¿no lo hace eso un General, un CEO o un Presidente también? Es decoro básico.

¿Porque estos mismos medios no destacan mejor que el Papa ha recordado en épocas de constantes apariciones de filántropos que el ÚNICO Salvador es Cristo?

Ya en su momento, en el siglo XIX, al Papa Pio IX, apenas asumido lo acusaban de ”liberale” (entiéndase que liberal en la italia risorgimentale no tiene nada que ver con los conceptos de liberal en los EEUU o liberal-libertario) sin embargo su Papado resultó tradicional y un necesario contrapeso a una Italia ya convertida en Reino donde la masonería y lobbies británicos cobraban fuerza.

Lo que deba hacer este Papa en su aspecto de gobierno no será fácil, debe ser paciente y estratégico para combatir errores doctrinales, infiltraciones y escándalos, pero en la vida espiritual el acto de gobierno no se contradice con el dejar de lleno la voluntad en manos de Dios, por el contrario, esto es un beneficio, Dios se vale de mecanismos inexplicables y misteriosos, sobre todo no esperados, para reparar lo que amenaza ruina, como ha sido el caso de San Francisco de Asís, quien devolvió a la Iglesia universal con su ejemplo, el recordatorio de vivir el Evangelio como Cristo en épocas donde la Iglesia lo había olvidado y se había vuelto mundana.

Tal vez hoy, nuevamente la Iglesia se ha comprometido con intereses mundanos y necesitamos nuevos ejemplos como el Santo de Asís, quien fue armado Caballero como era su sueño y con el pasar de los años comprendió que mas vale que el noble heroísmo la santidad.

¿Que puede aportar un Pontífice Estadounidense? Precisamente eso, un Pueblo que ha buscado siempre el heroísmo, el momento, el acto, la épica. Una vision mas ligada al mundo anglo-sajón protestante, y que ahora viendo el concepto de santidad católico predominante en Hispanoamérica, que no implica necesariamente un halo en la cabeza… sino la santidad de la vida cotidiana, una vida de extremos esfuerzos sublimes por Dios, de ser así, como el propio San Francisco de Asís, los Estados Unidos de America pueden pasar de ser una Nación heroica a una Nación Santa.

Solo el tiempo dirá si esta oportunidad es aprovechada y los frutos que da el arbol que es el Papa Leon XIV.

Sobre este Papa inesperado me permito para finalizar una reflexión final breve para no aburrir:
Cuando uno tiene capacidad de análisis, se dedica a la geopolítica y la prospectiva, pierde el sentido de la sorpresa. Por este motivo, -que maravilla constituyen en nuestras vidas estos momentos de agradable sorpresa, de esa emoción que nos hace humanos. Que bello saber que aunque uno pueda saber bastante, Dios nos muestra el abismo infinito entre lo que sabemos nosotros y lo que solo Él sabe.

Como dijo a Job:

¿Donde estabas cuando Yo fundaba la tierra? Indícalo si eres capaz de entender. ¿Quien fijó sus medidas?¿lo sabes acaso?
(Job 38)

SOBRE EL AUTOR
Ezequiel Toti es  Italiano y argentino, residente en Buenos Aires. consultor en prospectiva y gestión de crisis, presto servicio en una de las Fuerzas de su Nación con honores.
Vicepresidente y Patrono de la Fundación Croce Reale Internacional, enfoca sus esfuerzos a través de esta Institución en gestion cultural, patrimonio, cultura de la defensa, ayuda humanitaria y diplomacia no convencional.
Es profesor Honoris Causa en Ciencias Políticas, condecorado en varias ocasiones y Caballero de distintas Órdenes de Caballería.
Es investigador de varias casas de estudio y ha brindado conferencias sobre la Monarquía en la teoría general del Estado y su vigencia en el orden global así como de distintas figuras de la Realeza a través de la historia.